lunes, 14 de noviembre de 2011

La labor periodística: una batalla contra los intereses y verdades parciales


En la actualidad se ha puesto en tela de juicio la credibilidad de los medios noticiosos, un aspecto ineludible de la sociedad moderna; por ello la autentica función de un periodismo es aferrarse a la verdad de los hechos aunque existan presiones de cualquier índole que quieren someterlos al servicio de fines políticos, económicos al cual se debe resistir por un compromiso con la sociedad y su profesión misma; evitando caer así en verdades parciales que intoxican la libertad de información.

Como asevera Concha Mateos en sus investigaciones “Ninguna escuela de periodismo del mundo concede títulos académicos con licencia para robar, ni para estafar a la hacienda pública, ni para difamar basándose en la mentira”, no hay carnet de periodismo profesional que libre a los periodistas de cometer errores ilegales que les pueden conducir a la cárcel. Ser periodista no es ser inmune judicialmente. Asimismo proyecta un análisis sobre la libertad de expresión,  se defiende haciendo uso riguroso del periodismo. Intoxicando no se defiende. Y esgrimir como agresiones del estado los enjuiciamientos penales que sufren algunos periodistas por su vulneraciones del Código Penal, es, cuando menos, un desliz intoxicante.
John Gordon, redactor jefe del “Daily Express” declaró en cierta ocasión  ante una Comisión real británica: “El hecho brutal está ahí. Cada vez que vemos un artículo en la prensa concerniente a algo que conocemos, es más a menudo inexacto que verídico”. [1] Si uno de los promotores de la “gran prensa” era capaz de hacer tal confesión, no es extraño que encontremos afirmaciones aún más graves en personas ajenas a la prensa y, sobre todo, en quienes alguna vez se han sentido víctimas de su “falta de objetividad”.

Las múltiples investigaciones de científicos sociales y otros estudiosos de los medios de información, no obstante, nos han llevado a poder afirmar una serie de puntos en lo que respecta a esta profesión: primero, las noticias no constituyen un producto con definición objetiva, sino un fluido proceso humano que tiene como guía principal a las convenciones, útiles tanto para fines comerciales como para los de servicio público, segundo los medios noticiosos sirven a la logística y a las necesidades económicas de la organización noticiosa, y no tiene como impulso principal los ideales de servicio público. [2]
Se advierte del  peligro por las desviaciones que están tomando quienes encarnan y son los voceros de la tan buscada y ansiada libertad de expresión. El derecho a la información y la libertad de expresión se resienten. Las garantías de una sociedad democrática y abierta, y de una ciudadanía crítica, es decir, racional, resultan mermadas cada vez que se comprueba la deformación de la realidad, la desinformación consecuente, la manipulación de las empresas mediáticas solo movidas por los intereses particulares. Y todo ello como consecuencia de posiciones periodísticas redentoras que, mas que buscar la verdad, van con la suya a buscar los hechos que la atestigüen.[3]
El trabajo de Aurora Labio señala que es evidentemente, las deficiencias que se han ido arrastrando a lo largo de todo este siglo se han acumulado como parte del malestar de un colectivo profesional cada vez más asentado. Si antiguamente los periodistas eran trabajadores poco organizados y con escasa preparación en la mayoría de los casos, en la actualidad se han convertido en un grupo profesional cada vez más cualificado (sólo hay que pensar que el título de licenciado se está convirtiendo en requisito indispensable para acceder al trabajo) y que se está haciendo eco de una serie de problemas a los que está buscando solución. En primer lugar, nos encontramos con la inexistencia de un marco legal para la profesión. Sólo la prensa periódica no diaria posee un convenio marco estatal.

Para el resto, prensa diaria, agencias, radio y televisión no hay ningún marco legal que ampare a sus trabajadores. En la mayoría de los casos, estos se rigen por convenios de empresas, lo que los dota de cierta arbitrariedad y deja a establecer diferentes categorías en la profesión.[4]

El mundo de los medios de comunicación está dominado por cuestiones que pueden ir más allá de la labor periodística. Los medios, la prensa, ya no es el cuarto poder, sino que se ha convertido en parte del primer poder al relacionarse íntimamente con cuestiones económicas y políticas. La presión económica puede venir marcada desde el momento que el medio pertenece a una estructura empresarial con unos interese determinados y que se plantea como negocio que debe producir unos beneficios; de esta forma, la publicidad y la situación financiera de la empresa marcarán la pauta de los trabajadores, y el periodista no se podrá quedar al margen.

De esta manera, el periodista se ve abocado a convertirse en una pieza más del engranaje que hace funcionar al sistema, con lo que su función como contrapoder  pierde sentido. La trama económica y política domina la empresa periodística, actuando de forma separada y también de modo conjunto como único poder.Por ejemplo en Perú las denuncias por presiones políticas a los periodistas y atentados contra la libertad son frecuentes, el caso de los dos periodistas despedidos del diario El comercio por no apoyar a Fujimori es solo un muestra de cómo se intenta detener la verdadera labor del periodista[5]

Y es que en verdad, la falta de reflexión, la desvalorización de una investigación rigurosa, una agenda  reconstruida y la búsqueda de una sensibilidad primaria forman parte hoy de la cotidianeidad profesional”[6]. En la radio entender esto es primordial ya que es un medio de mayor alcance y tiene el potencial que muchos otros medios no poseen así se proyecta en la publicación de Paco Velazco [7] donde se narra una experiencia radial en la caída de Mahuad, cuando fueron los únicos que lograron trasmitir en vivo a pesar de los restricciones.

Entrevista 1: periodista Mauricio Urpe

 
Entrevista 2 : Comunicador Oscar Terrones 

Los periodistas frecuentemente se jactan de una gran integridad, y apelan al criterio de “objetividad” como valor supremo que regula su conducta, en sí la ética periodística se basa de hecho en este principio. Muchos se autoconvencen de que lo que ofrecen al público es simple y llanamente “la verdad” sobre los hechos, como metodología para lograr este fin, busca siempre presentar los dos “lados” de todo argumento. Según muchos periodistas, la objetividad de las noticias consiste simplemente en la veracidad y precisión en lo que se dice. Para ser objetivos, lo que hace falta es comunicar con veracidad los datos de hecho. Lo que se dice es (o fue) así.[8]

A manera de conclusión para intentar pasar de la crítica a las propuestas, a pie de lucha en defensa por la verdad donde medios de gran alcance  como la radio debe apostar por un trabajo en  periodismo ético, responsable consigo mismo y con los demás, propiciador de lectores críticos, conscientes de sus deberes y sus derechos y, por ello, un periodismo creador de ciudadanía.


[1] Vid. PINTO, Roger, La liberte d’opinion et d’information, Doma: Montchreatien, París 1995, 96.
[2] Lambeth, Un código de ética para la profesión, LIMUSA/Noriega Editores, 1ª Edición, México, 1992 San Trigo Ediciones, 1ª Edición, Madrid, 1996
[3] José Manuel Chillón Lorenzo(2009,). Crítica y objetividad. Estudios sobre el Mensaje Periodístico. pág. 157-173
[4] Aurora Labio. La profesión periodística ante los intereses de la estructura informativa http://grupo.us.es/grehcco/ambitos06/labio.pdf
[5] Ver caso en:  http://www.elmundo.es/america/2011/04/22/noticias/1303426156.html
[6] MARTÍNEZ ROMERO, José Ramón: “Los Mass Media: ¿Un poder sin contrapoder?, en AA.VV.: Periodistas,hoy, Federación ndaluza de Asociaciones de Prensa, Sevilla, 2000, p. 40.
[7] Paco Luna. http://chasqui.comunica.org/velasco69.htm
[8] “LIBERTAD Y TIRANÍA MEDIÁTICAS”. El P. Williams es Decano de la Facultad de Teología y Profesor de Teología Moral y Doctrina Social de la Iglesia en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum de Roma.

La audiencia como finalidad de los géneros radiofónicos


La radio es para y por las audiencias sea cualquier el género radiofónico mientras éste muestre creatividad  y donde el periodista gestione la información tomando como propia la gestión de la audiencia, permitiendo así la participación de ésta, mejorando la relación del público con el medio.
Según Luis Pastor la gestión de las audiencias permite que las aportaciones tengan una orientación en la mejora de la producción periodística y es que en verdad establecer una relación con el público es una de las asignaturas pendientes de los medios de la comunicación, así lo que importa desde un punto de vista no es participar sino como se gestionan periodísticamente las aportaciones de las audiencias[1]
Apesar que expertos como Romero Figueroa [3] señalen que a partir de las aportaciones de los géneros periodísticos resulta más sencillo ubicar las producciones radiofónicas ya que la información se realiza mediante descripciones, el texto que conforma estas descripciones tiene diversas formas de construirse de acuerdo a la naturaleza de su propósito. Se debe manejar bases teóricas sobre géneros radiofónicos como Pilar Martínez y Susana Herrera refieren en sus estudios [2]  pues  éstos se ha limitado con frecuencia a realizar una adaptación de los géneros informativos para la prensa sin considerar que la voz que enuncia el discurso, las propiedades de la comunicación oral, la fugacidad del mensaje son rasgos que no encuentran una respuesta estructural en dicha teoría.

La definición de género ha tenido gran dificultad para identificar y acordar las regularidades propias de cada uno de los géneros y dar con categorías descriptivas válidas en los diferentes modelos de radiodifusión sin embargo entre los criterios mas resaltantes y que en la actual se busca  es el  criterio de la búsqueda de la originalidad en la producción individual.
“Los géneros existen y cumplen una función imprescindible en el quehacer periodístico” y tienen tal importancia que “su desaparición significaría la desaparición misma de la profesión periodística y el ocaso del periodismo como actividad humana” (Martínez Albertos, 1998: 77). Aunque tradicionalmente los géneros en los medios impresos han recibido una atención preferente, es importante recordar que su relevancia se hace extensiva a todos los medios, incluido, cómo no, el radiofónico. Por ello se debe formular una nueva teoría de los géneros radiofónicos que sea capaz de superar las contradicciones que se observan en la actualidad, como son la existencia de denominaciones erróneas y la pérdida de un marco normativo.[4]
Como afirma AURA, Alejandro, la radio actual ha olvidado no sólo los contenidos, sino especialmente las fórmulas más creativas de presentación, en favor de una información de actualidad presentada de la forma más sencilla y, si puede ser, siempre en directo, es decir, de la manera más económica y fácil posible. Por eso, hace tiempo que los investigadores del medio venimos denunciando la crisis creativa por la que atraviesa, una crisis que se manifiesta en la inmovilidad de contenido y forma sonora.[5]

Entrevista 1 al comunicador  Eduardo Velásquez



Entrevista 2 al comunicador Ojeda






Se trata de pensar toda la comunicación desde la otra orilla, desde la cultura y el lenguaje y las preferencias y la clase social de los radioescuchas a los que me dirijo. Va en mayúsculas la enseñanza de Kaplún: LA VERDADERA COMUNICACION NO COMIENZA HABLANDO, SINO ESCUCHANDO.Esto, que parecería de sentido común —de sentido comunicativo—, no lo es tanto. Cuando vamos a idear un argumento o a redactar un comentario, nuestra primera preocupación suele ser ¿qué voy a decir yo?, en lugar de la otra pregunta, la fundamental, la que facilitaría mucho las cosas: ¿qué quiere escuchar el otro, la otra, es decir la audiencia?[6]
La producción radiofónica se centra primero en aquellos mensajes de elaboración más sencilla, los géneros radiofónicos, que además se integran en otros más amplios, los programas radiofónicos, abordados en un nivel posterior, esto implica un conocimiento teórico como paso previo a la realización de las prácticas no sólo como orientación y establecimiento de pautas de trabajo, sino especialmente como sistematización de saberes, razonamiento de procesos y fomento de la reflexión inherente a todo proceso creativo. [7]

Asi se tiene propuestas como las de Mrayo y Perez que aborda de forma muy simplificada los géneros de una participación de la audiencia ya que en  todos los casos habla de una participación de los oyentes como de un único género radiofónico que los relaciona a discursos fundamentales como la narración, descripción, exposición y argumentación.
A todo esto se suma la participación de las audiencias en la producción de la radio y como señala Shayne Bowman y Chris Willis, en sus estudios “Cómo las audiencias están modelando el futuro  de la noticias y la información” [8],la diferencia más obvia entre el periodismo participativo y el periodismo tradicional está en sus estructuras y en su organización, puesto que los medios tradicionales son creados por entidades jerárquicas, construidas para el comercio. Su modelo de negocios y organización se con-centra en la emisión y en la publicidad enfocada. Valoran el riguroso flujo de trabajo editorial, la rentabilidad y la integridad y el periodismo participativo es creado por comunidades en red que valoran la conversación, la colaboración y el igualitarismo por encima de la rentabilidad.
Las personas que siguen un medio de comunicación mas que un mercado de información; así la gestión del público facilita por un lado que el publico participe y permite por otro lado que las aportaciones tengan una orientación en la mejora del producto periodístico  y de la relación con el medio, donde hay seis faces que intervienen: La primera consiste en la segmentación, la segunda en la adecuación de la información, la tercera platea vías de participación del público, la cuarta se fundamenta en el seguimiento y tutorización  de los debates, la quinta supone la publicación de la información que sean útiles al resto de público.
Así el periodismo participativo comparte el interés por la conversación entre agentes que supera la figura tradicional del periodista enfatizando la fase del proceso que afecta a la publicación  por encima de la fase del proceso periodístico de selección, donde el dialogo busque un objetivo común entre las partes y no la victoria de una de ella, ya que el dialogo en un marco de este tipo multiplica el capital cívico de una comunidad y  de cualquier manera, un proceso productivo siempre mantiene como objetivo el nacimiento de una nueva realidad; ésta se convierte entonces en su primera condición.[9]

Se concluye que cualquiera que sea el género radiofónico se debe trabajar a la par de la gestión de las audiencias donde el periodista se deba a su público tomando la propia gestión de su audiencia para asi tener una mejora del producto periodistico, y que este sea creativo, gestor de participación por las audiencias y dado a su público.



[1] Luis Pastor. La rueda de la gestión de las audiencias. http://www.ucm.es/BUCM/revistas/inf/11341629/articulos/ESMP0707110169A.PDF
[2] M del Pilar MARTINEZ-COSTA. Los géneros radiofónicos en la teoría de la redacción periodística en España.
[3]  Romeo Figueroa en su libro (1997) ¿Qué onda con la radio? Editorial Alambra Mexicana.
[4] Martínez Albertos, J.L. (1998). Los géneros periodísticos en los medios de comunicación impresos, ¿ocaso o vigencia?. Comunicación y estudios universitarios, 8, 67-78.

[5] AURA, Alejandro (1997). «Palabras vivas, palabras muertas: la radio creativa». I Congreso Internacional de la Lengua Española. Zacatecas, abril
[6] Mario Kaplún, El comunicador popular. CIESPAL, Quito,1985, pág 119
[7] Emma Rodero Antón – Producción. Concepción de la Producción Radiofónica. Radiofónica.http://www.perio.unlp.edu.ar/produccionradiofonica1/Bibliografia/rodero_anton.pdf
[8] Nosotros, el medio(2003) Cómo las audiencias están modelando el futuro  de la noticias y la información, Por Shayne Bowman y Chris Willis Editado por J.D. Lasica. Ver http://www.hypergene.net/wemedia/download/we_media_espanol.pdf
[9] Emma Rodero Antón – Producción. Concepción de la Producción Radiofónica. Radiofónica.http://www.perio.unlp.edu.ar/produccionradiofonica1/Bibliografia/rodero_anton.pdf